viernes, 28 de septiembre de 2012

¿Pesadilla o sueño? Tú eliges


Hola de nuevo!

Hoy quiero utilizar este espacio para una reflexión personal que deseo compartir contigo. 

El otro día tuve una pesadilla bastante desagradable pero, después de un análisis constructivo, logré aprender algo de la experiencia.

Estábamos mi hija de tres años y yo en nuestro coche, aparcado en una avenida muy transitada, y de repente ella se bajaba y echaba a correr a gran velocidad. Yo, des- esperada, intentaba salir del coche pero la puerta no se abría, mientras la observaba a ella, inmóvil en mitad de la avenida, rodeada de coches que pasaban a su lado, en ambas direcciones y a gran velocidad. Aunque mi cerebro canceló la pesadilla antes de que algo grave pasara, me desperté nerviosa, sobresaltada y con el corazón latiendo a ritmo vertiginoso (por darle un tono “poético” a una ta- quicardia descontrolada). La sensación en mi cuerpo era tan real como si mi sueño hubiese sucedido en verdad.
Independientemente del significado psicológico de la pesadilla, que ignoro (si alguien desea ilustrarme, bienve- nido sea), este suceso me hizo darme cuenta de que mi ce- rebro inconsciente no distinguía la realidad de la ficción, ya que mi cuerpo había reaccionado casi de igual manera que si hubiese sucedido en realidad. Entonces me pregun- té: Ya que pude engañar a mi cuerpo con “pesadillas”, ¿por qué no lo engaño mejor con sueños?

Muchas veces nosotros mismos nos creemos nuestras pesadillas, las mentiras que nos contamos a nosotros mismos, y reaccionamos en consecuencia. Nos decimos que siempre seremos pobres, que nunca tendremos dinero, que no podremos salir de este o tal agujero, y que el éxito siempre toca la puerta del vecino porque nosotros simple- mente no tenemos suerte.

Esas “pesadillas” se las contamos a nuestro cerebro inconsciente y él, como las “interpreta” como reales, hace que nuestro cuerpo actúe en consecuencia: nos sentimos caídos, desanimados, deprimidos, faltos de entusiasmo, sin energía, y un largo etc., que a lo único que nos lleva es a no hacer nada.

Entonces me di cuenta de que, si queremos cambiar nuestra vida, al menos la financiera, debemos olvidarnos de las pesadillas y empezar a contarle a nuestro cerebro nuestros sueños.

Esos sueños en los que somos exitosos, sin deudas, prósperos, trabajamos en lo que nos gusta, y un largo etcétera... 

Descubriremos que nuestro cuerpo también actuará en consecuencia, nos sentiremos más vitales, con más energía, entusiasmo, optimismo y confianza. Lograremos una nueva actitud que nos impulsará al movimiento, y te aseguro que, con la actitud adecuada y la actividad enfocada, no hay ningún sueño que no pueda convertirse en realidad. 

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¡Buen fin de semana!

miércoles, 12 de septiembre de 2012

¿Cuáles son las señales de que nuestro "orientador" financiero NO está cumpliendo con su obligación?


1) Insiste para que tomemos una decisión rápida (MAL: las decisiones sobre el dinero jamás tienen que tomarse con prisas, porque hay muchos aspectos que analizar).

2)
No informa de manera clara sobre el coste que su asesoramiento tiene para el cliente (en el caso de los empleados de las entidades bancarias, es frecuente el error de pensar que sus recomendaciones son "gratis"... En realidad, el problema es que eso no es verdadero asesoramiento, sino pura y simple venta).

3)
Propone colocar todo el dinero en un mismo producto. Error de manual: la diversificación es el principio básico para un inversor, no hay nada tan arriesgado como "poner todos los huevos en la misma cesta". En el caso de los bancos, generalmente sería el producto que en ese momento les interese vender a ellos...

4)
Trata de tener entrevistas individuales con el cliente; obviamente, la persuasión es más fácil en una entrevista uno-a-uno que cuando hay dos o más personas que pueden rebatir sus argumentos. En el caso de las finanzas de la pareja, los dos tienen que estar presentes y compartir la responsabilidad de la decisión.

5)
No pregunta por tus necesidades y por tu situación concreta. Señal de que lo único que le interesa es vender, tanto si el producto es bueno para ti como si no.

6)
No ofrece respuestas claras a tus preguntas o preocupaciones.

7)
Pide que se le entregue el dinero a él directamente. Un asesor financiero independiente no está autorizado a manejar el dinero de los clientes, sólo puede recomendar dónde colocarlo. Pedir que se le entreguen a él los fondos es, en el mejor de los casos, una irregularidad, y en el peor, un fraude.

8)
No avisan de los cambios significativos en las circunstancias de los mercados. Una recomendación que es acertada hoy puede dejar de serlo el mes que viene, si las condiciones externas sufren cambios importantes. 


Si notas alguna de estas señales,
¡NO CONFÍES TU DINERO! 

(Válido para aplicarlas cuando tratemos con empleados de bancos, financieras, brokers, etc.)


Estos consejos son una simplificación / adaptación / interpretación del artículo Bad Financial Advisor, y nunca está de más recordar estas cautelas!!


Cristina Carrillo
Addkeen Consulting